Se desvela el argumento de «Toy Story 5» de Disney, y viene a por tu fibra sensible

Toy Story siempre ha sido mi franquicia de apoyo emocional. Estas películas han estado ahí en todas las etapas de la paternidad, como pequeñas sesiones de terapia animada. En serio, es como si Pixar se hubiera metido en mi cerebro de madre y me hubiera sacado todos los sentimientos: crecer, dejarse llevar y todas esas cosas divertidas que te hacen llorar lágrimas saladas en las palomitas. Por eso, cuando me enteré de que Toy Story 5 iba a abordar el tema de los juguetes que compiten con el amor de los niños por la tecnología, se me encogió un poco el corazón, y no sólo porque todavía me esté recuperando emocionalmente de Toy Story 3 (quiero decir, esa escena del incinerador… vamos, Pixar, ¿por qué nos haces esto?).

Pero el tema elegido por Disney es increíblemente oportuno. Vivimos en una época en la que el ritmo de los avances tecnológicos es imparable. Parece que todos los días hay algo nuevo: una aplicación, un reloj inteligente, una forma de hacer las cosas que no podríamos haber imaginado hace tan solo unos años. Y aquí estoy, enviando a mis hijos de vuelta a la escuela, preguntándome qué tipo de mundo van a heredar. ¿Cómo serán sus carreras profesionales? ¿Competirán con las máquinas por la relevancia? ¿Serán obsoletas las habilidades que aprenden hoy cuando sean adultos? Es suficiente para tocar la fibra sensible.

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Esta ansiedad no es sólo teórica para mí. Como madre, quiero preparar a mis hijos para lo que les depare el futuro, pero ¿cómo hacerlo cuando el futuro parece tan impredecible? Las noticias sobre la premisa de Toy Story 5 no hacen más que amplificar estos temores, poniendo de relieve la tensión entre el querido y familiar mundo de los juguetes y el frío y siempre cambiante mundo de la tecnología.

La franquicia Toy Story siempre ha sido algo más que las aventuras de un grupo de juguetes. Trata del viaje emocional que supone hacerse mayor y encontrar nuevas formas de encajar, o de seguir siendo relevante. Y ahora, con esta nueva película, parece dispuesta a abordar uno de los temas más acuciantes de nuestro tiempo: la intersección de la experiencia humana y el avance tecnológico.

Por mucho que esta nueva trama despierte mis ansiedades, también me recuerda una verdad esencial que he aprendido de estas películas: la resiliencia. Woody y Buzz se han enfrentado a innumerables retos, desde ser sustituidos por juguetes más nuevos hasta casi ser destruidos, y aun así siempre encuentran una forma de adaptarse, de sobrevivir, de seguir siendo queridos. Esta resistencia es algo que espero inculcar a mis hijos, aunque el mundo que les rodea cambie.

Me he dado cuenta de que los rasgos más importantes que puedo ayudar a mis hijos a desarrollar son la resiliencia y la resolución creativa de problemas. En un mundo en el que la tecnología evoluciona constantemente, estas cualidades serán sus mejores bazas. No se trata de saber utilizar el último artilugio o dominar el software más novedoso; se trata de ser capaz de adaptarse cuando las cosas cambian, de pensar de forma creativa cuando se enfrentan a retos y de encontrar valor en sus aportaciones únicas.

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Así que sí, la idea de que Toy Story 5 se centre en los juguetes que se enfrentan a la obsolescencia frente a la tecnología me duele en el corazón en más de un sentido. Me hace temer por el futuro de mis hijos en un mundo en el que la tecnología parece avanzar más rápido de lo que podemos seguir. Pero también ofrece un rayo de esperanza. Si Woody, Buzz y el resto de la pandilla pueden enfrentarse a estos retos y salir airosos, nuestros hijos también pueden.

P.D.: Toy Story 5 se estrenará el 19 de junio de 2026, así que tenemos tiempo para hacer acopio de pañuelos.

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